
Monumentos, palacios, museos, tiendas, restaurantes… al viajar siempre buscamos esa arteria principal de cada ciudad que sea capaz de concentrar su esencia. Esa calle de visita obligada que no puede faltar en nuestro álbum de fotos, en nuestro reel de Instagram y, por supuesto, en el recuerdo. En París tenemos el icónico bulevar de los Campos Elíseos, en Berlín la conocida Ku´damm, la Vía del Corso en Roma… y en Madrid, Gran Vía. Conocida como el “Broadway madrileño” es mucho más que una avenida de compras y teatros: es todo un paraíso gastronómico que atrae a madrileños y a visitantes por igual. A la hora de elegir un sitio para comer en Gran Vía nada como apostar por la cocina tradicional y castiza que permite explorar la identidad culinaria de una vibrante ciudad como Madrid.
Ventajas de comer en Gran Vía
Variedad culinaria:
Gran Vía alberga una diversidad de restaurantes, desde los más tradicionales hasta los más vanguardistas. Puedes encontrar cocina española, internacional, tapas y postres exquisitos. Pero sin duda, lo mejor es buscar un sitio para comer donde ofrezcan buena cocina madrileña.
Ubicación estratégica:
Elegir sitios para comer en Gran Vía es una idea fantástica, ya que al encontrarse en pleno corazón de Madrid es accesible desde cualquier punto de la ciudad. Después de un día de compras, de paseo o de turismo elegir un sitio para comer en esta céntrica calle es un plan perfecto.
Ambiente animado.
Terrazas, cafeterías, restaurantes y bares bordean los 1,3 kilómetros por los que se extiende esta calle, amén de un sinfín de tiendas y, por supuesto, teatros. Un ambiente animado y vibrante que hace que comer en Gran Vía se convierta en toda una experiencia social y cultural. ¿Sabías que más de 10 millones de personas al año visitan sus calles? Un motivo más por el que tú tampoco puedes faltar.
Paseo gastronómico por la historia
En Gran Vía madrileña se entrelazan siglos de historia y una rica tradición culinaria. Desde los platos más humildes hasta las exquisiteces más refinadas, Madrid ofrece una variedad de sabores que no dejarán indiferente a ningún comensal. Sin duda, el cocido madrileño es el rey indiscutible de la mesa y, si se acompaña de vinos locales, la experiencia es sublime. Los callos suponen un manjar para los amantes de la casquería, las sopas de ajo son el remedio perfecto para los días fríos, el besugo al horno, la tortilla de patatas, los calamares a la romana… y para endulzar el momento nada como los populares churros con chocolate o las típicas rosquillas.
Cada plato es un bocado de su historia.
Y todo ello lo podrás encontrar en un restaurante con encanto como es Gran Clavel. Este restaurante, situado en el hotel Iberostar Las Letras, ocupa el número 11 de la Gran Vía, una calle que no siempre ha tenido la misma numeración. Cuando en 1917 se inaugura el primer tramo (entre Alcalá y Red de San Luis) empezaba en esta última y terminaba en Alcalá. Pero cuando se construyó el segundo tramo hasta la plaza de Callao, se modificó la numeración y se puso el inicio en el edificio Metrópolis.
Gastronomía en pequeñas dosis: tapear en Gran Vía
A la hora de acercase a degustar los platos más castizos, una estupenda y madrileña opción es ir de tapas. Y es que cada día son más los adeptos a disfrutar de la gastronomía en pequeñas y deliciosas dosis. En la Vermutería de Gran Clavel ofrecen las tapas más tradicionales hasta las más innovadoras. Si eres amante de lo clásico nada como unas patatas bravas, las deliciosas croquetas de jamón ibérico, la ensaladilla rusa o los boquerones en vinagre. Si eres de los que se atreven con cambios nada como los huevos fritos con espárragos y jamón ibérico, el steak tartar o la cecina de León con virutas de parmesano. Y todo ello si se quiere acompañado de los mejores vinos de la región, de cervezas artesanas o de una de las bebidas más icónicas de Madrid: el vermut. Llegar a este espacio único en Gran Vía a la hora del tapeo es una opción fantástica, pero no hay que olvidar que a partir de las ocho de la mañana podremos encontrar también el más genuino desayuno madrileño: pincho de tortilla o chocolate con churros.
Gran Clavel, tradición y cultura en la mesa
¿Buscas un sitio para comer en Gran Vía con una decoración clásica y elegante y rodeado de muebles y objetos que destilan historia y tradición? Nada como la Casa de Comidas de Gran Clavel: materia prima de calidad en recetas castizas y tradicionales que se reinterpretan con una visión del siglo XXI y que satisfacen a los comensales más exigentes. Imposible no probar la corvina con salsa beurre blanc, kale y pak choi, el cochinillo glaseado con crema de ciruelas, bimi y chutney de mango o los brioches de calamares con mayonesa cítrica y pimentón de la Vera. No en vano, es uno de los restaurantes con encanto más visitados de Madrid.
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