Con la llegada del frío, no hay nada que nos reconforte más que una deliciosa taza de chocolate caliente, pero, ¿qué sería sin unos tradicionales churros? Estos crujientes y dorados tubos de masa frita son un auténtico manjar y resultan ideales para el desayuno, la merienda o (por qué no) para cualquier momento del día. Si buscas el lugar perfecto para satisfacer tu antojo de churros con chocolate en Madrid, Gran Clavel es el restaurante adecuado.
Aunque su origen exacto es un misterio, se cree que los churros tienen profundas raíces en la gastronomía española, en particular en la madrileña. Esta combinación de una masa crujiente dorada por fuera y tierna por dentro, servida junto a una taza de chocolate caliente espeso, ha sido un alimento reconfortante durante generaciones. Se especula que pudieron haber llegado a España a través de influencias árabes o chinas, ya que se asemejan a otros tipos de alimentos fritos presentes en esas culturas. El youtiao, es un pan frito muy típico de la cocina china, salado y que suele comerse de desayuno como un acompañamiento natural del arroz o la leche de soja.
Los churros con chocolate, una invención de pastores
Cuentan que, a principios del siglo XIX fueron los pastores quienes, aislados en las montañas, buscaron la forma de hacer un alimento dulce fácil de preparar en sartenes a cielo abierto. Típico entre la gente humilde se fue popularizando gracias a los vendedores ambulantes que comenzaron a freír masa de harina, agua y sal en aceite caliente en forma de tiras largas y delgadas, que quedaban crujientes y doradas. En Madrid es fácil encontrar antiguas postales con estos puestos ambulantes en la Plaza Mayor y otros lugares populares de la ciudad, ofreciendo esta delicia a los madrileños y visitantes. Más tarde fueron abriéndose puestos fijos de churros en Madrid donde la gente acudía a comprar churros con chocolate.
El origen de la palabra «churro» es un tanto incierto, pero se cree que proviene de diversas fuentes etimológicas. Algunas teorías sugieren que proviene del árabe «churra,» que hace referencia a una cría de oveja de lana rizada, y esta palabra se habría utilizado para describir la forma retorcida y rizada de la masa de los churros. Otros creen que podría tener sus raíces en una palabra vasca, «txurro,» que significa masa crujiente, y que se adoptó en el español con el tiempo. Y otros creen que fueron los propios vendedores ambulantes quienes usaron la palabra churro para describir la masa frita de forma irregular, como cosa “mal” o “torcida”, y que finalmente se convirtió en el nombre de esta delicia.
Para todos los gustos: churros crujientes o tiernas porras
Sea cual sea el origen de la palabra, los churros pueden variar en forma y sabor. En Madrid los churros se acompañan de un buen chocolate y encontramos dos variedades principales:
Churros crujientes
Estos son la opción clásica, elaborados a partir de una masa de harina, agua y sal que se fríe hasta lograr una textura crujiente y dorada por fuera. Se sirven espolvoreados con azúcar glas y se sumergen en una taza de chocolate caliente espeso, perfecto para aquellos que disfrutan de sabores dulces.
Tiernas Porras.
Son una variante más gruesa de los churros tradicionales, lo que les otorga una textura aún más tierna en su interior. A menudo se sirven con un toque de azúcar y, por supuesto, acompañadas de esa irresistible taza de chocolate caliente.
Aunque en Madrid los churros con chocolate son la combinación más icónica, también los puedes encontrar con otros acompañamientos, como nata montada, azúcar glasé o mermelada, para personalizar tu experiencia.
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Comer churros es una opción saludable
Aunque podemos pensar que estas delicias fritas no están en la lista de los alimentos más healthy, lo cierto es que no contiene ni colesterol ni grasas trans. Tampoco aditivos, colorantes o conservantes. Un estudio realizado por La Fundación Española de nutrición (FEN) señala que aportan 361 kilocalorías por cada cien gramo y asegura que los hidratos de carbono presentes en los churros son mayoritariamente complejos y los lípidos en su mayor parte, si se fríen en aceite de oliva o girasol, son ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Y sentencia que un consumo adecuado puede ser un buen complemento dentro de una dieta variada.
Dónde comer los mejores churros de Madrid
Si buscas el lugar perfecto donde comer churros con chocolate en Madrid disfrutando de la calle más conocida y transitada de la capital solo tienes que cruzar las puertas de Gran Clavel. Es ideal en cualquier época, pero durante la Navidad no hay nada como dejarse envolver por el calor de una buena taza de chocolate y la dulzura de los churros mientras brillan las luces navideñas en la Gran Vía. Una forma muy española tanto de empezar el día como de acabar una noche.
Este castizo y encantador local es conocido por su ambiente acogedor y su excepcional oferta culinaria. Un tres en uno que aúna una casa de comidas, una vermutería y un bar de vinos.
Churros en Gran Vía en la Vermutería de Gran Clavel
La vermutería recuerda a los bares madrileños de toda la vida, con sus columnas blancas, sus altos taburetes y una zona de mesas con sillones ideales para comenzar el día con un buen desayuno. Y aunque puedes disfrutar de múltiples y riquísimas opciones y de la mejor bollería de Madrid, después de haberte contado tanto sobre la historia de estas masas de harina fritas solo podemos decirte: ¡Marchando una de churros con chocolate en la Vermutería de Gran Clavel!
¡Salud!
